La importancia de un entorno limpio

No son pocos los estudios que relacionan un acto tan sencillo y cotidiano como limpiar con beneficios físicos y mentales para quienes lo realizan. Eso sí, hay de hacerlo de manera consciente e inmersiva (todo lo contrario a tomártelo como un acto rutinario), ya que si no podrías provocar el efecto contrario. Hemos hablado con la psicóloga Noelia Sancho (www.noeliasancho.es), quien nos ha explicado cuáles son los principales beneficios de limpiar la casa y cómo puede afectar a nuestro día a día y estado anímico el hecho de tener una casa en la que no prima el orden.

PSICÓLOGOS QUE APOYAN ESTA TEORÍA

Fue el psicólogo Mihály Csíkszentmihályiquien ya en los años 70 desarrolló el concepto de las experiencias de flujo, retomadas en la actualidad por la psicología positiva. Son las actividades donde la mente logra concentrarse al 100% y experimenta un momento inmersivo en el que llegamos a perder la ‘noción de nosotros mismos’. Durante este estado de flow nos involucramos y esforzamos tanto que la noción del tiempo se altera y las horas se convierten en minutos, como cuando éramos niños.

Un estudio publicado en The Personality and Social Psychology Bulletin utilizó un software de análisis lingüístico para medir el modo en el que varias mujeres se referían a sus casas. El resultado fue que los perfiles asociados a descripciones positivas, acogedoras y saludables mostraron niveles de cortisol (la hormona del estrés) más bajos.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud recomienda de manera habitual realizar algún tipo de actividad física diaria, ya sea en forma de deporte o de “tareas domésticas”, entre otras. Todo con objeto de “mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de ENT y depresión”.

¿POR QUÉ NOS AFECTA NO TENER LA CASA LIMPIA?

Para Noelia Sancho, psicóloga, “algunas personas tienen especial sensibilidad para el desorden y efectivamente se ven muy afectadas por el ruido o desorden visual. Mantener la casa ordenada, el lugar donde es bueno sentirse a gusto, ayuda a mantener el orden interior. Y practicar hábitos y rutinas de higiene es positivo para un buen estado de ánimo. Al igual que rutinas de higiene personal”.

Y es que, tener una casa desordenada y poco limpia puede hacer que nos martiricemos y nos autocompadezcamos. Según nos explica esta experta, “a veces no lo tenemos tan en cuenta cuando pasa (“qué bien una cosa más hecha”), como cuando no pasa (“Soy un desastre y además mura como tengo la casa hecha un asco”)”.

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE LIMPIAR LA CASA?

Según Noelia, los beneficios de tener la casa limpia son palpables en nuestro día a día, proporcionando una sensación de bienestar: “Al llegar después de un día fuera, encontrar una casa desordenada tiende a ser un estímulo negativo. Mientras que si recordamos la casa y la habitación ordenadas volvemos más a gusto, con más sensación de hogar. Proporciona un punto más de bienestar”.

Pero los beneficios de limpiar la casa, no son solo ese equilibrio mental y bienestar que nos hace sentirnos ‘como en casa’. Según nos cuenta Noelia, limpiar la casa “nos ayuda a ahorrar recursos y tiempo (por ejemplo encontrar las llaves o la cartera a la primera) en vez de recordarnos todos los días lo desastre que somos, perder los nervios y perder tiempo. Así que indirectamente también es bueno para cierta estabilidad en el estado de ánimo y el autoconcepto”.

Limpiar y ordenar (al igual que otro tipo de tareas como las manualidades) están consideradas algo así como una meditación en movimiento en la que se logra el equilibrio mental a través de la actividad física. De hecho, Noelia insiste en que “hacer tareas de la casa en sí no tiene ningún beneficio diferente de otras tareas como hacer la compra o recoger las cartas del buzón. Pero lo cierto es que, a algunas personas, la concentración y la atención focalizadas que podemos activar en alguna tareas caseras pueden ayudar a obtener momentos tranquilos. Organizar unos cajones, doblar ropa metódicamente o limpiar a fondo algo, puede reportar al cerebro unos momentos de “ahorro de energía” positivos, como por ejemplo, hacer un puzzle”.