La Trágica Pérdida de un Niño con Necesidades Especiales en una Escuela Australiana.

En 2017, una tragedia sacudió a una escuela en Australia, cuando un niño con necesidades especiales perdió la vida de una manera que podría haberse evitado. La historia de Lucas Latouche Mazzei conmocionó a todos, y las críticas se dirigieron hacia el Departamento de Educación por su manejo de la investigación y las consecuencias de esta triste pérdida.

Lucas, un niño de cinco años con deficiencia de semialdehído deshidrogenasa succínico, un trastorno genético muy raro que causa retrasos en el desarrollo y que afecta a solo 350 personas en todo el mundo, se quedó solo en un salón de clases en la escuela australiana. Fue en ese momento, cuando encontró un durazno, que ocurrió la tragedia que cambiaría su vida para siempre.

El niño, con su visión limitada del espacio debido a su condición, no se dio cuenta de los peligros que le rodeaban. Comenzó a comer el durazno, sin percatarse de que sus acciones lo pondrían en una situación de riesgo. La maestra que estaba a cargo de la clase, al principio, no notó nada inusual. Sin embargo, cuando finalmente notó los ojos vidriosos de Lucas, le preguntó si necesitaba usar el baño. Para entonces, lamentablemente, ya era demasiado tarde.

La urgencia se hizo evidente cuando Lucas no respondió de manera adecuada y comenzó a mostrar señales de angustia. La maestra se apresuró a buscar ayuda, pero a pesar de la precipitada llegada de los servicios de emergencia, la situación resultó insalvable. A pesar de todos los intentos desesperados por salvar la vida del pequeño, el trágico desenlace parecía inminente.

Según los informes, tanto el personal de la escuela como los servicios de emergencia hicieron lo que pudieron en ese momento. Realizaron maniobras para intentar desalojar el durazno atascado en la garganta de Lucas. El personal escolar intentó golpearlo en la espalda y, en un momento de desesperación, incluso lo levantaron por las piernas para ponerlo boca abajo, con la esperanza de que esto pudiera resolver la situación.

Sin embargo, en su crítica al Departamento de Educación, el forense adjunto de Australia del Sur, Ian White, afirmó que la facultad carecía de suficiente capacitación en primeros auxilios en ese momento. La falta de experiencia y los procedimientos inadecuados para abordar situaciones de emergencia como esta jugaron un papel crucial en la tragedia.

Aproximadamente una semana después del fallecimiento de Lucas, la escuela emitió un boletín para informar a la comunidad sobre su muerte. El boletín se refería al incidente como un «singular incidente médico relacionado con su estado». Sin embargo, White consideró esta declaración como inexacta y no representativa de la verdadera naturaleza de lo sucedido.

Daniela Mazzei y Miguel Latouche, los padres devastados por la pérdida de su querido hijo, no dudaron en expresar su dolor y su desacuerdo con la forma en que se manejó la situación por parte del Departamento de Educación. Emitieron un emocionado discurso criticando duramente la falta de preparación y la respuesta deficiente en un momento de crisis.

El forense White proporcionó al Departamento de Educación una serie de recomendaciones, una de las cuales subraya la necesidad de que todo el personal docente esté al día con sus certificaciones de primeros auxilios. Además, instó al departamento a revisar y mejorar sus pautas relacionadas con el manejo, servicio y almacenamiento de alimentos y bebidas en la escuela, con el fin de prevenir situaciones similares en el futuro.

La pérdida de Lucas Latouche Mazzei fue una tragedia que pudo haberse evitado. Este incidente trágico sirve como un recordatorio de la importancia de la preparación y la capacitación en primeros auxilios en las instituciones educativas, y la necesidad de abordar de manera efectiva las situaciones de emergencia para garantizar la seguridad de todos los estudiantes.